sábado, 28 de mayo de 2016

No title.

Decidí ser infeliz este año.
Y no encuentro más culpable que yo misma. De eso me doy cuenta ahora, después de haber cargado el peso de mi infelicidad sobre tantos hombros, tan inocentes.
Decidí ser infeliz este año.
Porque soy mi peor enemigo. Porque he disparado un arma de pie frente a un espejo. 
Y todo podría haber sido tan diferente, que hasta duele. Se podrían haber añadido más colores a la escala de grises. Podría haber saludado a un nuevo yo, que nunca ha cambiado. Podría haber visto el sol desperezándose cada mañana.
Pero decidí ser infeliz este año.
Y lo que más hace que hasta mis entrañas sientan miedo es que, después de todo, aún no sé cuál va a ser mi próxima decisión.

martes, 12 de mayo de 2015

-Hoy he vuelto a escribir-

Aquel día de enero que lo cambió todo. Y fíjate que lo empleo como sujeto; podrás imaginar que no lo hago porque sí. Lo hago porque fue el lunes escondido tras la marioneta, manejante, tan culpable como libre de cualquier reproche. Quién le puede mirar con ojos inquisidores, después de todo.
Y lo peor, pensarás, es que lo ha vuelto todo del revés. Nada más lejos de la realidad. El lado más oscuro de toda esta palabrería es que lo dejó todo tal y como se encontraba. Ahí es donde se halla la semilla de todo desperfecto: nada ha movido ficha. O mejor, todo a su alrededor ha seguido hacia adelante. Todo menos ella. Y ya sabes cómo me gusta hablar de una servidora en tercera persona.

lunes, 25 de marzo de 2013

Metamorfosis.

‘Tiempo’. Palabra tan usada como desconocida a la vez. Culpada y empleada como guía. A la que recurrimos en muchos casos en los que no sabemos cómo manejar la situación. “Ya vendrán tiempos mejores”. Pero no vinieron. Ni al día siguiente, ni a la semana, de hecho, creo que sigo esperando que vengan esos tiempos de los que todo el mundo me habla. De malas rachas ya me he cansado, porque, por definición, una racha es un golpe de tiempo, un fragmento cristalizado de la línea que atormenta y puntualiza nuestras vidas, y esto es mucho más que eso. Y entonces, es en esa décima de segundo en la que te das cuenta de que esto no se trata de una simple racha, cuando ves que quizá no todo es achacable al tiempo y que puede que esté en tu mano cambiar esa situación. Pero no es lo típico de querer cambiar de vida, irte fuera un tiempo, renovar aires, no. Se trata de plantarte en frente del espejo, mirarte cara a cara con el yo que ves reflejado y preguntarte: “¿quién eres? Porque hace tiempo que ya no te conozco.” Y pensar, reflexionar, calibrar, aceptar, querer, desear, gritar, NO CONFORMARSE. Justo cuando la oruga, inmadura e indefensa, cree que no hay nada por lo que vivir, se convirtió en mariposa.

domingo, 1 de julio de 2012

Yesterday, I didn't need you.

La que no iba a montar un drama de esto. La que dejaría que el tiempo pusiera las cosas en su sitio y que los acontecimientos llegaran solos. La que no se pillaría, la que tenía segurísimo que no iba a volver a pasarlo mal. La que no se iba a asustar por el futuro. Aquí está; aquí estoy. Me río yo ahora de aquella chica, pero más me río de la chica de ahora, la del hoy. De la que se ha pillado y ha montado un drama. De la que se agobia, se asusta y quiere dar marcha atrás. Pero por un momento no ha existido ni un pasado ni un presente ni un futuro. He sonreído porque sí, porque es lo que me sale a pesar de todo. Y, al fin y al cabo, puede ser el comienzo de un buen final, ¿no?